Una
de las cosas más gratificantes en este oficio es encontrarse con personas que
creen profundamente en lo que hacen y convierte su vida en un apostolado para
compartir y difundir sus ideas.
Es el
caso de don Efraín Morales Liendo, pescador tacneño que trabajó gran parte de
su vida en la pesca industrial y es testigo de excepción de la riqueza de
nuestro mar zarandeado por la pesca informal y las malas políticas que regulan
la pesca a gran escala. Hace siete años se refugió en la caleta de Cerro Azul y
conocedor de la cantidad de especies que se dan naturalmente en el lugar se
agenció de una lancha abandonada, la ubicó en la orilla, cerca al muelle de
pescadores, la bautizó con el nombre “La anchoveta azul” y la convirtió en
restaurante. El nombre no es casual, don Efraín sabe de la cantidad de virtudes
alimenticias (omega 3, yodo, vitaminas A y D, lisina, aminoácidos) que tiene el
pequeño pez y se sublevaba ante el habitual desprecio de los comensales que
ignoraban olímpicamente tamaño tesoro.
Se
impuso entonces la tarea de difundir el consumo de anchoveta y creó la muchaveta, plato muy popular en
Chucuito, Callao, inspirado en el muchame que trajeron los italianos, pero
remplazando el delfín o atún por anchoveta.
Felizmente
la anchoveta ha regresado al litoral, gracias a la disposición del gobierno que
prohíbe a las grandes embarcaciones la pesca de anchoveta fuera de las diez
millas marinas (antes eran cinco solamente), recuperándose así la biomasa de
peces grandes que se alimentan de anchoveta y son medio de vida para los
pescadores artesanales. Son ellos quienes lo proveen de anchoveta fresca que
don Efraín y su familia limpia, troza y deshidrata exponiéndola al sol directo.
Para
preparar la muchaveta, la anchoveta seca se hidrata nuevamente enjuagándola con
vinagre y se marina con aceite de oliva, ajo picado, salsa criolla y un toque
de orégano seco restregado. Lo sirve con gajos de palta y galletas de soda y lo
acompaña con canchita tostada al horno sin gota de aceite.
Su
Carta fue ampliándose al gusto del cliente y se aventuró con el chicharrón, el
chilcano, el chinguirito y los tequeños. Todos con
anchoveta.
El mercado lo obligó a poner también platos con chita (abundante en la caleta),
corvina, cojinova, tollo y pulpo con los que prepara saltados, frituras,
cebiches, jaleas y sudados. Pero la estrella para curiosos y conocedores sigue
siendo la muchaveta.
Son
tantas sus ganas de difundir su consumo, que ofrece anchoveta envasada en
frascos de vidrios, lista para convertirse en muchaveta sin más trámite que
añadirle la salsa criolla y el chorrito de aceite de oliva. Vale la pena el
viaje.
La Anchoveta Azul. Entrada al muelle de Cerro
Azul, Cañete. Tel: 975126246. Horario de atención todos los días de 8 am a 6
pm. Precio: S/. 36 soles fuente para seis personas. www.laanchovetaazul.com
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