3.31.2014

FIESTA




Confieso que tengo cierta  proclividad hacia la cocina de Héctor Solís, sea en su restaurante estandarte Fiesta o en su versión popular La Picantería. Ambos restaurantes son costosos (que no caros) porque el chef tiene una indeclinable vocación por la excelencia del producto sin parar mientes en la distancia geográfica o el precio. 

El mero murique, el loche y el arroz ‘flor’ prácticamente recién cosechado llegan desde Lambayeque; las langostas son de Puerto Etén, y el limón, el culantro y las zarandajas provienen de pueblitos como Íllimo, Jayanca, Mórrope o Pimentel. 

Es tal la rigurosa atención al producto que los Solís tiene una granja donde crían patos, gallinas y cerdos, negocio al que sumaron hace algunos meses un hato de terneros. Es el camino del alimento que termina en las ollas de los Fiesta ubicados en cuatro ciudades del país.

Es pues un lujo de cocina que provoca una euforia inmediata apenas uno se sienta a la mesa. 

Hemos elegido un puñado de platos que acaban de ingresar al menú otoñal en un local recientemente renovado y modernizado. Un aguadito con morro y carne de mero para empezar, suerte de abrebocas intenso, ligero, con todos los sabores norteños condensados en una cucharada. 

Luego llega un fuente de pescados crudos, al estilo sashimi, pero el pescado va cortado en perfectos cubos, como un cebiche. Hay mero, salmón, atún y chita con piel que se acompañan con tres salsas: una oriental, la segunda picantera y la tercera lleva las siglas del autor, HS, un delicado jugo hecho con langostas y perfumado con ají limo. Es un nuevo concepto de cebiche hecho al momento, en mesa, y terminado por el comensal. Muy divertido.

Las sorpresas siguen. Nos sirven unos anticuchos de sesos de ternero (de la granja familiar) a la plancha y ensalada de verdes que me pareció el mejor plato del almuerzo (aunque la prelación resulta forzada a la luz de lo que vino después). Sin terminar de reponerme de la experiencia llega una langosta con un aterciopelado locro de tres zapallos (loche, carga, macre) coronado con dientes de choclo salteados en mantequilla. Solo por este plato regresaría mil veces más.


Percibo un bache con la ternera en salsa de picante a la tacneña, creo que disuena del conjunto, quizás por la potente presencia del ají colorado que rompe la magia norteña. En todo caso es un plato que puede revisarse. El último plato probado supone una nueva cuesta. Se trata del bife con garbanzos y salsa de escabeche que tradicionalmente acompaña a los pescados. 


De postres elegimos un olvidable tocino del cielo y una impecable tulipa con rajas de mamey confitado, clásico postre del estupendo recetario moche.

Avenida Reducto 1278, Miraflores. Tel: 2429009. Reservas@restaurantfiestagourmet.com  Horario de atención: lunes a viernes 12.00-23.00, sábados, domingos y feriados hasta las 18.00. Precio promedio por plato S/. 65 soles.

Artículo publicado en CARETAS el jueves 27 de marzo



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