Jean François Hämmerle |
A inicios del siglo pasado se empleó por primera vez el término
“superalimentos” para referirse a aquellos productos que concentran mayor
cantidad de nutrientes, vitaminas o minerales que otros alimentos. Su
popularización es muy reciente, sin embargo, son los países más desarrollados
los que se han tomado en serio la responsabilidad de nutrirse sin destruir el
planeta.
En el concepto superalimentos caben
desde la maca, la chía, la uña de gato y la quinua, hasta el cacao, el maíz morado, el achiote
y el algarrobo. La gran mayoría de ellos se encuentra en el Perú, sea en la
Amazonía, en los bosques secos del norte o en las alturas de los Andes. Somos
privilegiados y no nos damos cuenta. O no queremos darnos cuenta porque no hay
políticas gubernamentales que protejan esa biodiversidad ni conciencia
ciudadana que se esfuerce por conservarla.
En la Lima de los últimos años han proliferado las ferias orgánicas que
semanalmente ofrecen productos directamente de la mano de sus productores. En
otros países también existen ferias, más o menos institucionalizadas, y muchas
de ellas exhiben frutos peruanos en su mayoría secados o pulverizados
cuidadosamente en el marco de un mercado justo.
En París, cada semana se montan dos ferias agro ecológicas. Los sábados
en el Boulevar Raspail y los domingos en el des Batignoles. Ahí encontramos a
Jean François Hämmerle, un apasionado de los superalimentos y activo propagandista de nuestros productos más
emblemáticos, que representan el 70% de
su importación. El resto, viene de Brasil, Ecuador,
Túnez, Burkina Faso y Estados Unidos.
El público de la feria asiste entre curioso y sorprendido al
descubrimiento de este mundo alimenticio que parece paradisiaco. “El acai es
una palmera que tiene como fruto una baya de color púrpura conocida por los
nativos como ‘el fruto que llora’. Tiene antioxidantes más elevados que el vino
tinto y es fuente de calcio, hierro y vitaminas”, dice con la paciencia de un
santo y la convicción de un predicador. “El urucum o achiote es
antiinflamatorio y combate la acidez estomacal y la gastritis. La espirulina es
una alga natural llamada así porque tiene una partículas minúsculas en forma de
espiral de color azulado rico en proteínas y hierro….”. Y así, Jean François
continúa explicando las maravillas de la uña de gato, de la lúcuma, del açai, del aguaymanto, de la maca, del
cacao, del maíz morado, de la estevia, del aloe vera y de otra serie de
productos desconocidos para la mayoría de mortales.
No es actividad nacida de la improvisación o la moda. En 1992 Jean
François se puso a investigar sobre la calidad de alimentos de la sociedad
moderna y sus canales de distribución buscando alternativas para vivir en
armonía con la naturaleza y ser cada vez más feliz.
Creó entonces Sol-Semilla, una empresa dedicada a difundir las bondades
de los superalimentos y promover
actividades que rescaten esa biodiversidad. Con ella llegó un restaurante o
“cantina” como prefiere llamarla, en sociedad con Charles Bradier, Joelma
Leitao y Jeff Josifoff.
El local ubicado en 23, rue des Vinaigriers, pintoresca callecita al
borde del Canal St Martin, comparte un barrio bohemio donde abundan los
talleres de artistas, las tiendas de diseño, los bistrot tradicionales, las
librerías de viejo y los restaurantes vegetarianos.
La brasileña Joelma Leitao se encarga de la cocina. Ella prepara menús
mágicos, honestos, coloridos y aromáticos con frutas, legumbres, hierbas,
granos y vegetales de estación, que contagian una sensación de sanidad y armonía con el entorno.
Sol-Semilla es un lugar multipropósitos. Sirve de restaurante, tienda,
museo, almacén, taller de cocina y centro de encuentro para discutir temas de
ecología, nutrición, cosmética, filosofía, entre otros rubros que tienen que
ver con las perspectivas futuras de los superalimentos.
Como planes a mediano plazo está abrir un Sol-Semilla en Perú como cabeza
de puente para emprendimientos similares en otros países de Latinoamérica.
A finales de agosto Sol-Semilla y Jean François participarán en
Expoalimentaria 2015, la plataforma de negocios del sector gastronómico más
grande de Latinoamérica. Aquí podrán conocer un poco más de nuestros nativos
superalimentos que proponen “un viaje al pasado para encontrar mejores
resultados en el futuro”. De alguna manera es la eterna búsqueda de la
felicidad que parece estar casi al alcance de la mano.
Artículo publicado en el Nº 1
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