Hace
algunos meses abrió Matria, un encantador restaurante de cocina confortable, honesta,
bien hecha, con opciones concretas que cambian o se reacomodan con frecuencia.
Hay jovialidad y distensión en el ambiente merced a los materiales rústicos (un
jardín vertical hecho de cajas de madera basta, pizarras negras con los platos
del día), las mesas sin vestir, el sofá largo de color guinda, la vajilla
blanca o las flores frescas en la mesa. Nada compite, pero todo acompaña, incluso
la música. Diría que este restaurante expresa correctamente el espíritu inquieto
y espontáneo de su cocinera, Arlette Eulert.
Así como en
el ambiente hay un “poco de todo”, en la cocina el esquema se repite. Arlette
trabaja pastas, carnes, pescados, vegetales y arroces con audacia, con
decisión, sabiendo que en la prueba/error está su fortaleza.
Su primera
vocación fue la pintura y quizás de ahí le quede la sensación que nunca un cuadro
(un plato) está totalmente terminado, siempre es perfectible.
Se apoya en
la pesca del día y en los insumos locales pero a la hora de guisar su
curiosidad la lleva a introducir sabores del Japón, de la India, de Grecia.
Ejemplos: “pesca del día con pasta de yuzumiso y puré de pallares frescos”, “conchitas
grilladas con mantequilla de yuzu”, “tataki con salsa tzatziki de yogur”,
“sudado de paiche con hojas de bijao”, “polenta trufada con osobuco”. En
postres las estrellas son los que llevan chocolate, trabajados en base a cacao
bitter al 70%. La lista no es larga, es suficiente. Lo que sí es sorprendente
es la variedad de etiquetas de vino que maneja a precios ligeramente por encima
del supermercado.
Mendiburu 823, Miraflores. Reservas: 4222784.
Horarios de atención: martes a domingo almuerzo y cena. Lunes cerrado. Aforo:
48 personas. Precio promedio por plato S/. 45 soles.
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