Convivium y Simposium son hijos de Marco Antino, están ubicados uno al lado del otro, pared por medio, lo que permite al dueño ir y venir constantemente. Si el segundo tiene una propuesta más formal y refinada, el joven pretender ser una versión casera y amigable. No digo ni sencilla ni barata. Los platos mantienen la complejidad del espacio matriz, los insumos, en su mayoría importados, son de primera calidad y los precios guardan relación con lo ofrecido.
El local de Convivium me gusta. Es amplio, luminoso, moderno, con una
pared de ladrillo expuesto (donde cuelga un cuadro de Tola) y un piso
ajedrezado color vino. Las mesas se ubican suficientemente distanciadas entre
sí lo que puede darle cierta frialdad al ambiente, pero gana en crear
condiciones para la conversación. En una suerte de terraza cerrada atienden
desde el desayuno, al fondo hay otro ambiente con mesas cubiertas de mantel
blanco que puede elegirse alternativamente para comer.
La Carta es justa y necesaria y rota con frecuencia. Ocho opciones de
antipastos y otras tantas de pastas, pizzas y postres. Un ramillete de
ensaladas y cuatro platos de fondo completan una oferta asequible y sensata.
El servicio de cocina es rápido, pero el de mesa es prescindente.
Pareciera que el público atendido fuera inversamente proporcional al personal
de servicio, pero es un sitio joven que todavía debe ajustar sus tiempos. Marco
Antino entra con frecuencia al local pero no es de los que se acerca a las
mesas buscando notoriedad ante el comensal.
Poco después recibir la orden el mozo trajo un pan casero muy agradable y aceite de oliva. Los platos que probé en mis visitas estuvieron a la altura. Los suppli’
al teléfono son unas pequeñas bolas de arroz cocidas en caldo de carne,
enfriadas y luego perfectamente rebozadas; las peras con gorgonzola cocinadas en vino blanco
son aromatizadas con canela y clavo de olor; y el tartar de atún es muy similar
al que sirven en Symposium.
Las pastas valen ellas solas la visita (la
carbonara es imperdible). Vale anotar que ofrecen pastas de harina integral y
sin gluten. La ensalada Caesar o la caprese son clásicos que deben su sabor a
la calidad de sus ingredientes, y las pizzas, de borde grueso e irregular, son
correctas y demandadas. Y si quiere probar una auténtica milanesa (cotoletta) de
pollo aquí es el referente sobre cómo debe hacerse un rebozado correcto en el
que la carne y la masa no se separen, la carne quede jugosa y la superficie sin grasa.
Los postres y el café van en consonancia con la cocina. Recomiendo con
entusiasmo el tiramisú y la pannacotta de caramelo.
La oferta de vinos por botella y por onza es muy interesante y remarca la
dedicación de Antino por dar a conocer etiquetas italianas de alta calidad. Finalmente,
last but not least prueben el Aperol
Spritz. Mi favorito, a cualquier hora.
Convivium. Santa Luisa 110, San Isidro. Teléf: 2218511. Horario atención:
desayuno, almuerzo y cena. Cierra domingo en la noche y lunes. Precio promedio
por plato: S/ 40 soles. Valet parking.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario