Margarita Sayan do Amaral Pinto, la pionera |
No hace mucho que la categoría “Peruanos” figura en la cotizada edición Comer & Beber de la revista Veja de Río de Janeiro. En su edición del 2016 incluye a tres: Intihuasi, Lima Restobar y Paru Inkas Sushi&Grill. Es todo un logro porque a decir Wagner Moura, el actor brasileño que da vida a Pablo Escobar en la exitosa serie Narcos*, “los brasileños no se ven como latinoamericanos, no por sentido de superioridad sino porque al estar aislados por el idioma consumen su propia cultura”.
Romper la barrera no fue fácil. La pionera fue Margarita Sayán do Amaral
Pinto, limeña, psicóloga de profesión y cocinera dominical para los suyos. El
amor la llevó al Brasil y la nostalgia la obligó a abrir un restaurante, junto
a su esposo brasileño y una socia trujillana. Se sabía empírica, por eso cada
vez que visitaba Lima se matriculaba en el Cordon Bleu para seguir cursos de
cocina hasta que logró el Master Cuisine en Culinaria Peruana e Internacional.
En el 2004 abrió Intihuasi, reducto
obligado para compatriotas al que pronto se sumaron los cariocas. Cebiches,
escabeches, anticuchos, arroz con pato, rocotos rellenos, tacu tacu, suspiro a
la limeña, picarones y chicha morada son parte del extenso menú tradicional que
propone cada día. Tan comprometidos está con la causa nacional que en la finca
de su esposo cultivan maíz morado, caihuas, huacatay, camote amarillo y ajíes
varios para proveer su despensa. Una vez al mes organizan el Inticult,
actividad en la que abordan diferentes tópicos de la cultura peruana (desde el
pisco hasta el carnaval de Puno) con el apoyo de especialistas en cada materia.
Lima Restobar del inquieto
cocinero Marco Espinoza maneja más bien el concepto de “alta cocina peruana”.
Su primer restaurante fue el Taypa en Brasilia reconocido por Veja en el 2011
como el Mejor Restaurante de la ciudad y a Marco como el Chef del Año. En el
2013 abrió el restaurante en Río y la crítica alabó “la sofisticación y
sabrosura” de sus platos. Allí Marco recibió a Rafael Piqueras para cocinar
juntos en la Casa de Lima en el marco de las olimpiadas. En el ínterin y en
sociedad puso una sanguchería y una cebichería con locales en Ipanema, Niteroi
y Barra de Tijuca, que no duraron mucho tiempo. No bien terminadas las
olimpiadas Marco partió hacia Sao Paulo donde está cocinando un nuevo
emprendimiento que seguro dará que hablar en el futuro.
Marco Espinoza |
Paru Inkas Sushi&Grill consolida la cocina
nikkei más allá de nuestras fronteras.
Empezaron en Buenos Aires bajo la batuta de Jann Van Oordt (Osaka) y replicaron
en el Fashion Mall de Gávea. Los tiraditos (“el mejor de la ciudad” según Veja)
y el lomo saltado son las estrellas, así como los cocteles preparados por el
mixólogo argentino Tato Giovannoni (“el bartender más conocido de Argentina”)
han puesto este local como uno de los lugares de moda en la noche carioca.
* Entrevista a Wagner
Moura por José Luis Pardo en revista Gatopardo.
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