11.04.2010

COMER EN SAO PAULO




Fotos: el teppanyaki de Shintori, el mercado de Liberdade con restaurante en el segundo piso y la chef Ana Luiza Trajano de Brasil A Gosto.

Esta ciudad nunca duerme. A cualquier hora y en cualquier barrio uno encuentra un supermercado, una librería, una farmacia, un gimnasio y hasta una iglesia abierta al público.
Hay miles de restaurantes, bares, barras y sitios para comer bocadillos deliciosos como un pan de queijo, un brigadeiro (una especie de trufa de chocolate), un goiabada (parecido al machacado de guayaba) o un beijinho (dulce de coco).
Guiada por la revista Go Where de Gastronomía “Os melhores de Sao Paulo 2010” y por los comentarios del crítico Josimar Melo visité algunos de restaurantes de la ciudad. Fuera del DOM, estupendo restaurante de Alex Atala, reconocido como chef del año por segundo año consecutivo, tuve la fortuna de alojarme en el hotel Tivoli, donde en el piso 23 está “Vintetres”, el restaurante del catalán Sergi Arola (dos estrellas Michelin) que además de tener una vista espléndida de la ciudad ofrece una recreación de tapas clásicas españolas, como patatas bravas (con salsa de tomate picoso y mayonesa), albóndigas de atún, buñuelos de bacalao impecables y una amplia carta de tragos y cocteles.
Brasil tiene la colonia japonesa más grande del mundo, casi dos millones de personas, de las cuales el 75% vive en Sao Paulo. Inevitable entonces que existan cientos de sushi bar, sobre todo en el pintoresco barrio Liberdade donde el mercado, las calles, las tiendas y la gente son predominantemente orientales. Allí reinó durante varios años el restaurante Kinoshita (primer lugar en cocina japonesa), que ahora se mudó al sur, a un barrio más exclusivo (Vila Nova Conceiçao). Kinoshita ofrece sushi perfectos de pescado fresquísimo y un menú de degustación que sorprende por la propuesta de una cocina clásica pero innovadora con platos que van desde un atún en salsa de miso hasta un saltado de mariscos coronado con huevos de salmón y perfumado con aceite de trufa.
Con otro concepto se maneja Shintori (tercer lugar en cocina japonesa), restaurante que tiene más de treinta años de antigüedad y recibe a más de cien comensales por turno, en un simpático local dividido en pequeños habitáculos según se quiera comer sushi, sashimi o teppanyaki.
La cocina típica tiene en Brasil A Gosto a un gran representante (primer lugar en su categoría). Al frente está la joven chef Ana Luiza Trajano que ofrece platos de las diferentes regiones del Brasil con un toque personal. Un ejemplo: el pescado servido con puré de plátano, castañas crocantes y vinagreta de lima. Un bocado maravilloso.
La inmigración francesa también dejó su impronta. Visité el bistró Le Vin (primer lugar), local relativamente pequeño, cálido, de ambiente familiar y atiborrado de comensales que mantiene al costado una panadería y al frente una pastelería. Unas ostras al natural como entrada, un cordero en salsa de vino tinto y una creme brulée me dejaron un recuerdo francamente memorable. El vino fue argentino, porque en ocasión anterior el vino brasilero no me entusiasmó demasiado.
Como punto final quiero mencionar que La Mar, el restaurante de Gastón, no solo figura en el tercer lugar en la categoría “Mejor restaurante en peces y frutos de mar” sino que los cebiches, tiraditos, causas y tacu tacus están incluidas entre las recomendaciones de las mejores guías gastronómicas de la ciudad.
En Sao Paulo se come bien y se pasea mejor. Hay que visitar el MASP, museo de arte ubicado en la Avenida Paulista que tiene en su colección permanente, entre otros, una envidiable cantidad de obras de los impresionistas (¿por qué nosotros estaremos tan rezagados, ayayay?). Otra visita imperdible es al Museo de Arte Moderno y el Parque do Ibirapuera donde se realiza la bienal de arte. Hay un jardín de diseñado por el artista brasilero Burle Marx, obras de Óscar Niemeyer, y por supuesto un encantador restaurante dentro del MAM.