4.28.2011

¿POR QUÉ MUEREN LAS ABEJAS?




El primero que dio la voz de alarma fue nada menos que el sabio Albert Einstein. Él dijo que "si las abejas desaparecieran del planeta, al hombre solo le quedarían 4 años de vida". Hace algunos meses, el diario londinense The Independent publicó un aterrador informe sobre la muerte masiva de abejas a lo largo de la costa este de los Estados Unidos, artículo traducido en el blog elserdecristal.
Allí se dice que los apicultores americanos se enfrentan a la ruina comercial por la muerte masiva de abejas, que en algunos casos llegan al 90% de sus existencias. Los científicos que investigan el 'abejicidio' dicen no tener idea de la causa que lo origina aunque le echan la culpa al cambio climático.
Nada raro sería que la culpa fuera de los cultivos transgénicos y las transnacionales que los soportan. Sabemos que para el "capital" todo vale con tal que sea negocio. Eso lo saben bien los Mosanto de allá y los de acá. Lo sabe el ministro Benavides, su acólito el ministro de Agricultura y un par de grandes empresarios que ven la suya antes de ver el bien común.
Sin polinización no hay plantas, ni animales (y quizás ni hombres). Y con transgénicos no solamente nuestros campesinos se hipotecarían de por vida a la transnacional (las semillas no pueden reproducirse y si por acción de viento o, digamos, de las abejas, las semillas vuelan y fecundan otro lugar, la empresa privada que patentó la semilla madre seguirá cobrando su uso por los siglos de los siglos), sino que estaríamos destruyendo la riqueza intrínseca de nuestro país que está dada por una biodiversidad que le permite cultivos orgánicos diferenciados y cotizados en todo el mundo. Nuestra geografía no es plana sino escarpada, aquí coexisten casi un centenar de microclimas (84 de los 114 que hay en el mundo). Esa es nuestra riqueza y es es nuestro potencial.
Lo que ha hecho el Decreto 003-2011, publicado entre gallos y medianoche, como es habitual en el gobierno aprista, es condenar a muerte a un extraordinario banco genético de plantas medicinales, frutos naturales, reservas forestales y sembríos autóctonos.
La tibieza del ministro Brack (llamado a repeler con energía este despropósito), la oposición militante de los casi cuarenta mil agricultores orgánicos a la que se suman instituciones como Apega y doce regiones que se han declarado libres de transgénicos deben parar esta medida. Las abejas también lo agradecerán.

4.21.2011

LOS DIEZ MANDAMIENTOS

En medio del debate por el uso de alimentos transgénicos, la necesidad de informar al consumidor y la obligación de defender nuestra biodiversidad, Gastón propone los principios que deben guiar a los cocineros.


Queridos estudiantes de cocina, que en el Perú ya suman 50,000. Aquí los diez principios de nuestra cocina que ojalá abracen en sus vidas.

1.- Nuestra cocina existe gracias a nuestra infinita biodiversidad. Recoger los productos de nuestra tierra y cocinarlos buscándoles su lado mas bello es respetar, promover y defender nuestra biodiversidad a través de la cocina. Es nuestro principio y compromiso inalienable.
2.- La inclusión. Buscar que esta biodiversidad sirva para que a través de la cocina hagamos felices no solo a cocineros y comensales sino también a los productores que trabajan día a día, a veces en durísimas condiciones, para llevar estos productos a nuestra cocina. Luchar para que la cocina sirva de instrumento y oportunidad para reconocer su labor y mejorar sus vidas.
3.- Que nuestra cocina sea un instrumento para celebrar nuestra diversidad cultural. Continuar el camino que iniciaron las generaciones pasadas al construir una cocina en donde todos y todas tenían voz, convirtiendo nuestras diferencias en una virtud y una oportunidad. Demostrando así que la cocina es un ejemplo de tolerancia y concordia digno de imitar.
4.- Que nuestra cocina sea un espacio de unión entre todos: cocineros, productores, comensales, construyendo juntos una atractiva marca llamada Cocina Peruana cuyo éxito termine beneficiando a todos por igual. Que entendamos que ninguno está por encima de otro de manera que mirándonos y sintiéndonos parte de un mismo equipo auxiliemos el fracaso ajeno de la misma forma que aplaudamos su éxito.
5.- Que nuestra cocina busque promover por el mundo nuestra cultura y nuestros productos. Entender que se nos ha entregado lo más hermoso de nuestra cultura, y por ello es nuestro deber llevar esta bandera por el mundo. Con ello estaremos contribuyendo a mostrar un nuevo Perú, capaz de seducir al mundo no solo con materias primas sino con lo que somos, hacemos, creamos y sentimos.
6.- Cultivar la humildad como ingrediente esencial de nuestra cocina. En este mundo en donde los cocineros se han convertido en personajes mediáticos, debemos resistir a la tentación de la vanidad y el ego. No olvidar nunca que el hecho de poder ejercer el oficio de cocinar cada día es más que suficiente para estar agradecidos con la vida.
7.- Tomar el restaurante no como punto de llegada sino de partida. El cocinero no puede encerrarse en una vida que gira en esperar que lleguen clientes. Hay que salir de nuestras cocinas y abrazar causas más inspiradoras, comercio justo, medio ambiente, sostenibilidad, tolerancia. Regresar con ellas a la cocina e incluirlas en nuestros platos. El resultado: una cocina más hermosa y poderosa que toque los sentidos y el corazón.
‎8.- Que el Perú sea tu casa y el mundo sea tu barrio. Nuestra cocina se ha nutrido siempre de todo lo bueno que el mundo ofrece. Lo probamos, lo incluimos y lo peruanizamos. Mal haríamos en creer que ha llegado el momento de cerrar esa ventana siempre abierta al mundo. Mantengámosla abierta a todo lo que el mundo tiene para compartir y sumémoslo a todo lo bueno que nosotros tenemos para compartir con el mundo.
9.- La tradición de hoy no será la tradición de mañana. Defendamos nuestras tradiciones hoy con la misma pasión con la que buscamos nuevos sabores y técnicas para mañana. Que nuestras tradiciones nos inspiren y llenen de orgullo, que sean nuestra bandera y nuestro rostro de este nuevo Perú, pero que nuestra sed de innovación nunca desmaye por ello. Construyamos para siempre el abrazo definitivo entre tradición y modernidad.
10.- Entender lo anterior en una frase: EL PODER DE LA COCINA. Para incluir, unir, promover, valorar, transformar, inspirar, confiar, compartir, soñar, amar. Comprender que la cocina no es más un espacio meramente lúdico. Que el cocinero puede contribuir a un mundo nuevo en donde la estética y la ética, el lujo y la inclusión, la excelencia y la humildad, el orgullo y la tolerancia, se abrazan para siempre.

ACLARACION FINAL
:
Nosotros no estamos en contra de. Nuestra filosofía inclusiva es siempre buscar estar a favor de. Estamos a favor de la defensa de nuestra biodiversidad. Si existe la mínima duda que semillas trans puedan afectarla entonces tenemos que protegerla. 

Estamos a favor de que el Perú promueva una política de desarrollo de nuestra agricultura orgánica porque existe una inmensa oportunidad económica y ventajas evidentes para competir en el mundo con ello. Frente a la promoción de una agricultura trans que no responde a nuestra realidad. 

Estamos a favor de debates alturados con ideas que defiendan una y otra posición pero en donde se defiendan los intereses del Perú por encima de cualquier otro interés particular. Frente al uso de prácticas que busquen dañar la honra de las personas, nosotros creemos que el debate de ideas puede y debe ser mucho mas enriquecedor.
NUNCA hemos manifestado estar en contra de la existencia de productos que han sido elaborados con insumos trans, porque no sabemos si son dañinos o no, además porque forman parte de nuestra realidad, pollos alimentados con estos insumos, snacks, gaseosas, etc. y finalmente, porque este tema puede distraer del verdadero tema que nos inspira: defender nuestra biodiversidad y apostar por una agricultura orgánica. 

Estamos a favor de que la gente sepa qué productos contienen o no insumos trans, tema que ya fue regulado y que espera afortunadamente una próxima puesta en vigor.
En conclusión, nosotros siempre estaremos a favor de nuestra biodiversidad, de la agricultura orgánica como oportunidad económica, en la tolerancia a la hora de elegir un producto terminado para consumir y en el diálogo a la hora de construir caminos sin verdades absolutas ni dogmas, sin tener que llegar al uso de la difamación ni calumnia entre peruanos. Porque eso es lo que deberá primar siempre, la construcción de un Perú próspero, protagónico e inclusivo.