3.23.2006

TABLA



La sencillez del disfrute

Artículo publicado en CARETAS 1917
el 23.03.06

En una esquina al frente de la Huaca Pucllana está Tabla, flamante local recientemente inaugurado. La vista es espectacular pero el municipio debería mejorar la iluminación en ese sector. El diseño de los diferentes ambientes crea climas cálidos y acogedores. La particularidad es la tienda-cava donde los parroquianos no solo pueden comprar una botella de vino a precio de tienda, sino que pueden disfrutarlo ahí mismo, entre corchos, anaqueles y música que combina el bossa con chillout, rock alternativo y un poco de salsa.
La Carta es breve, sencilla, elegante y ofrece un poco de todo: sandwiches, entradas mediterráneas, ensaladas, pastas, platos de fondo, postres y, por supuesto, aperitivos y pousse café. Para empezar, pruebe la especialidad de la casa: los cava fizz, frescos y frutados aperitivos acordes con el buen clima de otoño. Si va en plan de tapas sugiero el tzatsiki, crema de yogur griego sazonado con pepinos, ajos y aromáticas ramitas de dill, o el clásico hummus, ambos servidos con pan pita. Los rollitos de berenjena rellenos de carne y salsa de tomate o las verduras grilladas son opciones interesantes por la frescura de los ingredientes y la calidad de los aliños. Las pastas se acompañan con las salsas de siempre, aunque los bucattini que probé tenían el picor un tanto acentuado. Como plato de fondo hay un buen steak de pescado al miso con pepinos y ajonjolí, un sofisticado magret de pato al sauco y un agradable pollo con especies chinas. En postres lo mejor es el tiramisú y el encanelado de chirimoya. Aunque le falta afinar un poco su carta, Tabla se convertirá en el point en menos de lo que canta un gallo. Tiene buenas razones para ello.

La Anfitriona
Lisette Safarty abrió este local por el puro placer de comer y compartir una copa de buen vino. Economista de profesión, trabajó en el rubro poco tiempo ya que los fogones la llamaron y se fue a estudiar a París. Antes de esta aventura culinaria, dictó cursos en la Universidad San Ignacio de Loyola y dio clases de cocina en su casa. “Tabla” es la concreción de un sueño largamente acariciado.
Tu carta es bien heterodoxa. ¿Por qué?
Porque quiero reflejar los sabores que he sentido a lo largo de mi vida. Mi mamá es griega, mis abuelos turcos, mi papá arequipeño. Tengo mezcla de sangres e influencias.
El local es muy bonito, ¿quién lo diseñó?
Dos arquitectas bien tromes: Kathy Grimberg y Ondine Schwartzman.
¿La cercanía a la huaca obedece a un espíritu místico?
No exactamente, aunque creo en la energía, en la conexión entre las personas, en algo que no vemos pero que existe.
¿Cuál es tu hobby, además de cocinar?
Viajar, moverme, conocer gente, países, costumbres, culturas diferentes.
¿Cuál es el sitio más exótico en el que has estado?
Tailandia, o quizás Angkor Wat una ciudad-monasterio en Camboya realmente alucinante.

La caserita
Patricia Lizárraga trabaja en un banco de inversión en Nueva York pero conoce este proyecto desde su gestación. Vino a la inauguración del local, hace solo tres semanas, y no ha faltado un solo día desde entonces. “Me encanta el sitio, es buena onda, tiene varios ambientes para elegir depende con quién estés y qué te provoque hacer en el momento. Puedes escoger comida-comida o tomar un buen trago con algún piqueo. Las cava fizz son festivas, deliciosas y no formalonas como el champán. Pero lo que más me gusta es que la carta incorpora platos de varios países sin mezclarlos, sin “fusión”, manteniendo así el sabor típico del lugar”.

Ficha técnica
Restaurante: Tabla
Dirección: Elías Aguirre 698, Miraflores
Teléfono: 2433088
E-mail: lisette@terra.com
Horario de atención: de lunes a sábado de 13.00 a 24.00 horas
Tarjetas de crédito: Todas
Precio por plato: 25 soles
Menú para niños: S/. 16 soles
Zona de fumadores: Sí
Carta de vinos: muy buena

3.17.2006

LAEÑE




España en la vanguardia culinaria

Artículo publicado en CARETAS 1916
el 16.03.06

Un par de décadas han pasado desde que la cocina española dio un salto espectacular para colocarse a la vanguardia culinaria del mundo. Desde entonces, España y sus cocineros son referente obligado para los amantes de la buena mesa. Israel Laura, chef peruano-catalán, en algún momento de su largo recorrido por las cocinas españolas recaló en el equipo de El Bulli, trabajando al lado de Xavier Sagristá. Allí aprendió a tratar carnes de caza y platos típicos de Cataluña. Luego, en el país vasco, se especializó en pescados y entrantes. Previsiblemente, su línea culinaria va por la cocina tradicional renovada. En noviembre pasado, Juan Llopis lo atrajo a los fogones de Laeñe para que cambiara y modernizara la carta del restaurante. Los resultados son halagadores y están a la vista. Si bien hay platos típicos como la tortilla de patatas presentada a la manera tradicional, nuestro inspirado chef propone también una tortilla menos ortodoxa en la que los ingredientes han sido ‘deconstruidos’ por decirlo alguna manera, es decir, una base de papas y encima una costra de cebolla caramelizada coronada por un huevo frito. La síntesis se produce en la boca del comensal. Mar y montaña están unidos en el lomo de cerdo con frutos de mar en salsa de naranja, una combinación poco frecuente pero muy bien lograda. Para mi gusto, las estrellas de la casa son el rabo de toro relleno de verduras en salsa de anchoas con tacu tacu de frejoles, el churrasco de corvina con puré de ajo y poro crocante y el arroz cremoso de calamares. Sabores sutiles, bien equilibrados, en los que el gusto de los alimentos principales resalta sin estridencia. El maridaje sugerido por el anfitrión, Juan Llopis, fue un Corolilla de Utrel, crianza de sabor intenso, elegante y profundo. De postre no se pierda el increíble cremoso de chocolate con flor de sal y aceite de oliva, quizás allí se condense la sorprendente cocina de Israel.

El Chef
Israel Laura es un ancashino que emigró a España a los 14 años. Instalado en Barcelona, devino en cocinero luego de estudiar en San Ignacio de Sarriá y en el Instituto Hoffman. Sus regulares visitas al Perú, donde dictó talleres de cocina en la Columbia, lo decidieron a instalarse definitivamente aquí.
¿Estás trayendo la vanguardia española?
No me llama la atención trabajar con nitrógeno y esas cosas complicadas, prefiero los aires, las espumas y las gelatinas.
¿Qué buscas con tu cocina?
Ofrecer la nueva gastronomía española, abierta a otras técnicas, productos e influencias.
¿Qué productos estás integrando?
Por ejemplo la quinua. Estoy practicando una paella de quinua que está quedando estupenda.
¿Encuentras acá todos los productos que necesitas?
No todos. Estamos importando aceite de oliva, sal en flor y CO2, para gasificar productos.
¿Qué es lo más difícil en tu trabajo?
Armar el equipo. Un chef es grande cuando su equipo es bueno.

La caserita
A Mercedes Vergara Poppe, gerente de Comunicación Corporativa de OSIPTEL, le gusta Laeñe por sus “múltiples y acogedores espacios, porque se puede sentir el gusto de la cocina mediterránea y por la sutileza de la cocina fusión que la nueva carta ofrece. También me gusta el ambiente de la terraza, entre vinos y tapas, y la elegancia del mantel largo del comedor. Después de las tapas, me inclino por el arroz cremoso de calamares, los langostinos crocantes o el espectacular churrasco de corvina. Y para terminar un almuerzo como Dios manda, unos deliciosos profiteroles”.

Ficha técnica
Restaurante: Laeñe
Dirección: Av. Dos de Mayo 220, Miraflores
Reservas: 4474807/2418546
Horario de atención: lunes a sábado almuerzo y cena. Domingos solo almuerzo.
Tarjetas de crédito: Todas
Precio por plato: 30 soles
Descorche: S/.10
Tipo de comida: española contemporánea
Carta de vinos: buena, sobre todo de España
Ambientes: un privado, bar y zona de tapas, restaurante

3.10.2006

LOS CAVENECIA


Artículo publicado en CARETAS 1915
el 9.03.06

Una cocina de laboratorio

Hace un par de semanas, en la inauguración del Epicur Gourmet, Henry Fairlie, presidente del club preguntó a los hueleguisos allí reunidos cuál era el mejor sitio para comer pescado. La respuesta fue Los Cavenecia.
Pescados, mariscos y arroces son el fuerte de la Carta, pero si algún parroquiano se antojara de carnes o pastas, Sebastián, cual mago de las sartenes, llevará el plato a la mesa en quince minutos.
La costumbre impone un servicio interesante: los platos van al centro y todos prueban un poco de todo. De acuerdo a la cantidad de comensales es posible manducar siete, ocho, diez platos en la jornada, lo que se torna complicado es elegir un favorito dada la excelencia del conjunto. Mencionaré los que me dejaron una profunda huella en el paladar y en la memoria: conchas negras a la diabla, entrada tibia, aromática y jugosa. Angulas a la provenzal, no hay restaurante en Lima que ofrezca esta delicatessen. Cebiche de calamar, blanquísimo y tierno con mesurado picor. Muchame de atún, francamente imperdible. Tiradito samurai, con jalapeño y sillao en pura fusión. Ricardo Cavenecia, el anfitrión, es apasionado por los vinos. La carta es generosa y seleccionada con esmero. El maridaje que recomendó para las entradas fue un sauvignon blanc Canepa Finísimo y un estupendo chardonnay Premiun de bodegas Valdivieso. La segunda tanda incluyó salmón a la sueca con fansí y alcaparras, balance perfecto entre lo ácido y lo crocante. Atún con salsa de pimienta negra, el más pedido de la carta. Tacu flacu de calamares, suave frejol con calamares flambeados ligeramente nikkei. Risotto con rocoto y cangrejos, los habituales le dan 5 estrellas. Un recital. La inmejorable compañía de un Don Nicanor malbec de las bodegas de Nieto Sanetiner y un cabernet sauvignon Premiun Valdivieso, cerraron con broche de oro una propuesta gastronómica inolvidable.


El Anfitrión
Ricardo y Sebastián, padre e hijo, anfitrión y chef son los que dirigen este local que atiende a puerta cerrada. No hay letrero ni señal alguna que sugiera al transeúnte poco avispado que esa casa es en verdad un laboratorio de cocina en el que se habla, se discute, se experimenta y se trabaja sin rigidez, con profesionalismo, imaginación y contagiosa alegría.
¿Cuántos años tienes, Sebastián?
25 y hace cuatro que abrimos este restaurante.
¿Desde cuándo cocinas?
Desde que tenía 10-11 años. En mi casa cocinan mi papá y todos mis hermanos, menos mi mamá. Pero el único que siguió la carrera gastronómica fui yo.
¿A qué mercado vas?
Al de Surquillo y a Wong.
¿Qué música escuchas en la cocina?
Desde huainitos hasta chillout.
¿En dónde te cortas el pelo?
En MIG de San Isidro

El caserito
Carlos Ibárcena, empresario y corredor de autos, es cocinero aficionado, comensal crítico y catador exigente. “Sebastián es capaz de crear un plato con solo contarle el sabor de alguno comido en cualquier sitio. El lo hace y lo mejora. Una vez le describí un plato que probé en el norte y él inventó las conchas negras a la diabla. Mis platos preferidos son casi todos, sobre todo las recomendaciones del día, que generalmente son creaciones. En este momento, me inclino por las angulas, el muchame y los camarones a la piedra. Aquí hay platos que no se encuentran en ningún otro restaurante”.

Ficha técnica
Restaurante: Los Cavenecia
Dirección: Andrea del Sarto 260, La Calera
Reservas: 4480971
Horario de atención: todos los días solo almuerzos. Noche, reserva para grupos.
Tarjetas de crédito: Todas
Precio por plato: 30 soles
Descorche: No se cobra
Tipo de comida: pescados y mariscos
Carta de vinos: estupenda
Mesas: 15 y un privado

3.02.2006

EL CAPLINA


Artículo publicado en CARETAS
1910 del 02.02.06

Llegando a buen puerto


A partir de medio día la esquina de Mendiburu con Toribio Polo se convierte en una seguidilla de autos que eficientes valet aparcan sin problema, previa entrega de brazalete que identifica al propietario. El Caplina es amplio, luminoso, moderno merced al diseño del arquitecto Carlos Pestana, quien con fuentes de agua, madera e iluminación adecuada crea un ambiente informal y fashion. Atractivo adicional para los comensales es encontrar habitualmente modelos, gente de la farándula, candidatos, yuppies y gente linda. La atención es rápida y amable. Las sugerencias del día las da el propio Fernando Pacheco, capitán del barco, quien insiste que los platos son creación colectiva de su flota gastronómica. Las recomendaciones van desde el cebiche a la chiclayana, sabor norteño acentuado por los chifles, sarandajas y ají arnaucho, hasta el lomo en salsa huancaína, poderoso bife inspirado en el popular “aeropuerto” del Mercado Central, donde en un solo plato se condensan todos los sabores de la peruanidad. Los choritos al pesto rústico, el atún en salsa mirín, las chitas preparadas en formas diversas y los arroces (pruebe el chaufa de mariscos), son algunos de los 84 platos que ofrece la carta. En postres recomiendo aventurarse tras un sorbete de moras o unos brownies con helado de vainilla. A levar anclas.


El Anfitrión
Fernando Pacheco Sandoval nació en Chorrillos, al lado del mar. Sus primeros juegos fueron en La Herradura y en La Caplina, célebre playita donde encalló un barco en la década de los 60. Su primer restaurante lo puso en 1994 en Chorrillos: pescados y mariscos, evidentemente. Doce años después, tiene cuatro locales que atienden un promedio de 200 personas cada día.
¿Tú mismo cocinas?
Antes lo hacía, ahora soy el capitán del barco y mi tripulación es de primera.
¿Cómo manejas tu flota?
Diariamente visito todos los locales: el del Terrazas, el del Club Villa, el de la playa Makaha y el de Mendiburu. Voy varias veces al día.
¿Vas viento en popa?
Felizmente mi radar ha captado el gusto del público al que me dirijo: sazón del pueblo con aires de pituquería.
¿Qué buscas como cocinero?
Rescatar los sabores típicamente peruanos. El “choncholí de pulpo” lo preparamos igual que las vivanderas hacen las tripas. Es uno de mis platos estrella.

El caserito
Augusto Alegre, presidente ejecutivo de Peruana de Opinión Pública, se define como buen gourmet y gran curioso. No cocina ni fideos, por eso almuerza y cena en la calle.
“Son más de diez años que conozco el Caplina y me alegra que, a pesar del crecimiento y multiplicación de locales, mantenga la calidad, la generosidad y el precio justo. En invierno me inclino por la parihuela, aquí la hacen extraordinaria. En verano prefiero los cebiches. El especial, con pescado, camarones, pulpo y conchas negras, ya figura en la carta a mi insistencia. Me gusta la innovación pero sin esas pretensiones novoandinas y suprarrealistas”.


Ficha técnica
Restaurante: Caplina
Dirección: General Mendiburu 793, Miraflores
Reservas: 2223992
E-mail: reservas@caplina.com
Horario de atención: de lunes a domingo, solo almuerzos
Tarjetas de crédito: Todas
Precio promedio: entre 25-35 soles
Descorche: No se cobra
Tipo de comida: peruana moderna
Zona de fumadores: Sí
Carta de vinos: discreta

VIEJO FUNDO


Artículo publicado en CARETAS
1912 del 16.02.06


Parrilla, pastas y política

A fines de noviembre Viejo Fundo abrió su local en esta movida calle barranquina, a unos pasos del óvalo del cine Balta. Aunque el vecindario está lleno de factorías y tiendas de repuestos para automóviles, también es cierto que la cuadra tiene cierta tradición culinaria ya que hace varios allí se estableció el Catamarán, popular restaurante de pescados y mariscos. Víctor Raúl Flores Espinoza, también dueño de “Señor Limón” decidió incursionar en el mercado de las carnes y democratizar la oferta. Eligió un local amplio, puso 60 mesas de madera para atender a 250 comensales y lo decoró con ruedas, cilindros y óleos con temas cárnicos. Son tres los chef encargados de la cocina, dos de ellos con amplia experiencia parrillera y el tercero dedicado a elaborar las pastas. El resultado es interesante. El cuadril de suave textura y apenas aderezado con sal gruesa fue servido en el punto de cocción solicitado: tres cuartos, y como guarnición, tortellonis rellenos con carne de lomo bañados con una salsa a lo alfredo: sabroso, convencional y sin riesgos. Opciones de guarnición son ensaladas para elegir, papas y vegetales grillados. La parrilla lleva baby beaf, chuletas de cerdo, piernas de pollo, morcilla, un estupendo chorizo casero y bife de chorizo. Las exquisitas mollejas, los riñones y los chinchulines se sirven aparte, por pedido. Lastimosamente el gusto peruano las ha dejado de lado. El mérito indiscutible de la parrilla es que la carne sabe a carne, no la ahuman, ni la bañan con aliños y condimentos. Otra opción interesante es la parrilla marina que lleva langosta, salmón, y pulpitos bebé. La sirven con una salsa de sabor agridulce y aroma oriental hecha con lyches, mango, jolantao y champiñones. Buena idea. La carta de vinos si bien es amplia no tiene sorpresas. Los postres, por el momento, no son plato fuerte de la casa.


El Anfitrión
Giovanni Javier Vidalón, gerente de Márketing de Viejo Fundo está al frente del restaurante desde su inauguración, hace poco menos de tres meses. Estudió Administración Hotelera en Cenfotur y desde entonces lleva 18 años en el rubro de restaurantes.
¿Los peruanos son carnívoros?
No tanto como los argentinos, pero sí nos gusta. Lo que pasa es que la carne se asocia con precio alto y eso achica el mercado.
¿Y es verdad?
Nuestra apuesta es ofrecer un producto de calidad a precio razonable. De hecho nuestra carta es económica si la comparamos con las del ramo.
¿Qué productos usan?
Carne argentina, lomo peruano y pastas artesanales. Los cortes son premium.
¿Cómo enfrentan el problema de la fiebre aftosa?
Tenemos un buen stock, pero si continúa el cierre de importación recurriremos a Paraguay y Brasil.
¿Qué piensan hacer para conquistar el mercado limeño?
No cobramos cubierto, tenemos una promoción de parrilla para dos a S/.59.90 con botella de vino incluida y estamos muy atentos a lo que pide el cliente.

La caserita
Olenka Zimmermann, modelo, empresaria y diseñadora de modas es carnívora por excelencia. “Me viene de familia, dice, a todos nos gusta comer un buen trozo de lomo o un bife en su punto. En Viejo Fundo la carne es buena, pero también preparan una langosta a la parrilla buenaza, el otro día la comí con un risotto de hongos y la verdad estaba muy bien. Tienen una comida tipo gourmet por si no te provoca comer parrilla. Me gusta el lugar, no es caro y queda cerca de mi casa, además Miro Alva, el maitre es un señor súper buena onda”.

Ficha técnica
Restaurante: Viejo Fundo
Dirección: Av. República de Panamá 201, Barranco
Teléfono: 2529898
Horario de atención: de lunes a sábados de 12 a 12. Domingos de 12 1 6 p.m.
Tarjetas de crédito: Todas
Precio promedio: 40-60 soles
Descorche: No se cobra
Tipo de comida: carnes y pastas
Carta de vinos: Amplia y convencional
Zona de fumadores: Sí

EL ARLEQUIN


Artículo publicado en CARETAS
1913 el 23.02.06



Para el disfrute del espíritu y los sentidos

Este encantador restaurante de estilo europeo es parte del pequeño hotel Basquiat. El mobiliario de los abuelos Arteaga heredado por María Fé sirvió para decorar el hall de ingreso y el bar. Allí los estantes de la biblioteca se convirtieron en barra, las colecciones de armas y jarrones, así como los muebles de madera tallada se diseminaron armónicamente por los diferentes ambientes. Los techos altos con molduras, los arlequines de Humareda y los coloridos cuadros del propio anfitrión, dan modernidad sin quitarle sobriedad al local.
La comida a cargo del chef Melvin Iriarte, fogueado en las cocinas de Gastón Acurio, Rafael Osterling y el Sogo Room, ofrece una carta internacional moderna, sin sabores estridentes ni combinaciones sorpresivas, más bien adaptadas al paladar turístico y al de comensales de medio día. Un correcto pisco sour, versión tradicional o un arlequín sour, hecho con pisco macerado en ciruela (cuyo porcentaje alcohólico es menor) son aperitivos a probar. Las entradas combinan ensaladas, cebiches, la clásica causa pero hecha con pollo y brochetas. La entrada estrella es un recomendable sashimi de atún al shoyu servido con arroz meloso y tartar de palta. Las pastas hechas en casa son muy buenas, probé los torteloni de ricotta en salsa de nueces y los fetuchinis que acompañaron un lomo fino en salsa blue cheese y unos langostinos flambeados. El risotto a los tres hongos con lomo fino estuvo espectacular, tanto como el lomo de atún en camisa de ajonjolí servido con una reducción de jugos orientales y papa amarilla salteada. Hay que preguntar al mozo por el postre del día que generalmente ofrece algún cheescake, sorbetes o suspiro de limeña.

Los Anfitriones
Hace tres meses que Jorge Gálvez y María Fé Arteaga están al frente del hotel Basquiat (personal homenaje al contestatario pintor norteamericano) y de su cálido restaurante El Arlequín (tributo al entrañable Víctor Humareda cuyos arlequines coleccionan). Jorge, administrador graduado en EEUU (donde fue becado gracias al tenis que buenos lauros le dio al lado de Tupi Venero, Alejo Aramburú y Tato Noriega); y María Fé, diplomada en Hotelería y Restaurantes, en Boston, responden nuestro cuestionario.
¿Dónde hacen sus compras?
En los mercados de Lince, Surquillo y el de Productores para el pescado. También en el Nikkei de Conquistadores.
Un banco
El Continental. El Wiese hace esperar mucho.
Un trago
Vino tinto (ella). Pisco sour con quebranta (él).
Deporte
Squash (ella), tenis (él).
Una extravagancia
Ver los partidos de tenis internacional de madrugada
Ropa
Informal (él). Cualquiera que me quede bien (ella).
Una actriz
Jennifer Aniston (ella), Charlize Theron (él).

La caserita
Marita Tapia dice: “me fascinan los platos exóticos que así nomás no los encuentras en los restaurantes. Te los sirven muy bien decorados, la presentación es de primera, y la atención también. Un domingo en la noche cerramos el local para agasajar a unos amigos que venían de afuera y se quedaron encantados con la comida. Durante el día hay un privado para atenciones personales. Es importantísimo, porque se pueden hacer reuniones, shower y festejar cumpleaños sin molestar a los huéspedes. Mi plato favorito es el tacu tacu de camarones hecho con pallares frescos y bañado con la salsa del coral”.

Ficha técnica
Restaurante: El Arlequín
Dirección: Av. Dos de Mayo 1421. San Isidro
Teléfono: 2227744 - 2227743
Horario de atención: de lunes a sábados de 7 am. a 11 pm. Domingos solo desayuno.
Tarjetas de crédito: Todas
Precio promedio: 30 soles. Almuerzo ejecutivo: S/.18
Descorche: No se cobra
Tipo de comida: internacional gourmet
Carta de vinos: básica
Zona de fumadores: Sí

SUSHI ITO


Artículo publicado en CARETAS 1911
del 09.02.06


El sabor del Sol Naciente

El restaurante es pequeño, apenas seis mesas, una buena barra y un privado. No hay bulla, aunque esté lleno, como para escuchar música japonesa contemporánea que va del reagge al rock. La decoración austera aun con la parafernalia oriental discretamente ubicada: un gato de cerámica, símbolo de bonanza; dos fuentes de agua sobre la barra; un ideograma con caligrafía nipona; las mesas dispuestas con vajilla oscura y palillos de bambú. Todo es pulcro y organizado. La atención diligente, esmerada, cálida. Antes de empezar, una toallita caliente para limpiarse las manos. La carta ofrece la clásica tablita sushi, que los itamae impecablemente uniformados preparan al momento y delante del comensal, como debe ser. El sashimi cortado a la perfección, los trozos iguales en tamaño y forma, los sushi con el arroz ligoso pero el grano entero. Hay un menú ejecutivo (S/.49) que incluye algunas de las 29 variedades de rolls. Unas son fusiones (plátano, kaki, fresa), otras reinterpretaciones orientales, y nueve de ellas resultado del concurso Hagasumaki que desde hace nueve años organiza el restaurante.
La comida no solo es refinada sino livianísima, no deja sensación de hartazgo o pesadez. Los platos calientes van desde las maravillosas tempuras y yakitori (brochetas de pollo), hasta el niku shogayaki (lomo de res) o el tankatsu (bife de cerdo), todos de sabor sutil y agradable. Para los ortodoxos se ofrece sake frío en copita o tibio en botella de cerámica caliente. Aunque los postres japoneses no se caracterizan por su excelencia, Roger Arakaki ofrece creaciones interesantes como el tempura de naranja, el bavarois de lyches, y la creme brulée de arroz japonés.


El Anfitrión
Roger Arakaki, anfitrión e itamae (chef de sushi) hace seis años que está al frente del restaurante. Arquitecto de profesión, el destino lo llevó a Japón donde estuvo nueve años haciendo prácticamente de todo, sin descartar frecuentes incursiones en la cocina. Pero lo que rescata el maestro sansei (tercera generación) de su estancia en la tierra de sus ancestros es el aprendizaje de una cultura milenaria que ahora le sirve para cocinar y atender al público.
¿Qué es lo más importante de tu cocina?
Tener productos de primera calidad.
¿Qué ingrediente no te falta nunca?
El salmón.
¿Por qué la comida japonesa está de moda en el mundo?
Porque hay una tendencia creciente por tener una vida saludable.
¿Lo crudo es lo más importante?
Es importante, pero no excluyente. La mitad de nuestra carta es de platos calientes.

La caserita
Adriana Carulla, nutricionista y dietista, con una maestría en nutrición deportiva, asegura que “el sashimi es buenísimo nutricionalmente hablando, porque el pescado tiene una extraordinaria cantidad de ácido graso omega 3 indispensable para aumentar el HDL (colesterol bueno) y disminuir el LD (colesterol malo). Me encantan los rolls de anguila y la ensalada de fideos crocantes con langostinos. Es una comida liviana, no light, los rolls empanizados son divinos pero engordan y los insumos empleados (palta, azúcar, queso crema) tienen alto porcentaje calórico. Si se consume en cantidades adecuadas no hay problema porque son productos naturales y buenos para el organismo.”

Ficha técnica
Restaurante bar: Sushi Ito
Dirección: Centro Comercial El Polo, Monterrico
Reservas y delivery: 4355817
Página web: www.sushi-ito.com
Horario de atención: de lunes a sábados de 12 a 12
Tarjetas de crédito: Todas
Precio promedio: entre 40-60 soles
Descorche: No se permite, es bar
Tipo de comida: japonesa
Zona de fumadores: No