6.27.2014

BEBER EN SUDÁFRICA


Se los llama vinos del Nuevo Mundo, pero en realidad tienen una historia muy antigua que se remonta  al siglo XVII. Las primeras viñas se plantaron en 1652 en la zona de El Cabo, y eran parte de la Compañía Holandesa de las Indias Orientales. Históricamente las uvas plantadas se destinaron a la elaboración de brandy y vinos fortificados, tradición que continúa hasta hoy aunque la presencia 
de vinos secos se está incrementando.
Cabo de Buena Esperanza


La cepa nacional tinta es la pinotage (cruce de pinot noir y cinsaut), aunque también se cultivan shirah, cabernet sauvignon, merlot y en menor escala petit verdot, malbec y cabernet franc. En variedades blancas reina el chenin blanc (la quinta parte de los viñedos están plantados con esta variedad), junto con 
chardonnay, sauvignon blanc y el muskatel de Alejandría.

Ciudad del Cabo es un ciudad amable, luminosa con amplia vegetación y vientos fríos apenas contenidos por la Table Mountain, enorme montaña de cumbre plana convertida en el símbolo de la ciudad. Superado el oprobioso régimen del apartheid una nueva etapa de desarrollo se vislumbra en el país. 


Muy cerca de Ciudad del Cabo hay pueblitos vitivinícolas realmente entrañables como son Paarl, Stellenbosch y Franschhoek donde no solamente se encuentra una de las rutas del vino más concurridas sino que es el sitio donde innumerables cafés, tienditas, bares de tapas, restaurantes y terrazas muestran la riqueza y variedad de la cocina y la bebida sudafricana.


En la región de Paarl visitamos la bodega KWV (Koöperatieve Wijnbouwers Vereniging), antigua cooperativa de viñateros creada en 1918 para producir y comercializar vino. Es una bodega enorme y moderna que sin embargo no tiene plantaciones propias sino que acopia la uva de proveedores externos.


La bodega antigua se llama La Catedral, un amplio ambiente de techo cóncavo y vitrales ovalados donde exhiben enormes toneles de madera labrada con escenas de vendimia e historias de la cooperativa que datan de inicios del siglo XX.


Catedral es también el nombre de una línea de sus vinos. KWV produce seis millones de brandy al año y 20 millones de litros de vino, de estos el 55% es blanco y el 45% tinto. Fue en esta bodega donde se desarrolló el pinotage a mediados del siglo pasado.


No deje de buscar el Vin de Constance, un fortificado elaborado exclusivamente con muscat de Frontignan, uno de los vinos dulces más conocidos y cotizados de Sudáfrica.




Ubicada en el corazón de la ruta del vino el pueblito de Stellenbosch luce un aire holandés y produce uno de los vinos más famosos de la región: el Lanzerac Manor & Winery, se les conoce por ser los primeros en elaborar el pinotage, convertida ahora en la cepa más representativa de Sudáfrica. La finca data del siglo XVII y ofrece alojamiento en cotizadas habitaciones que miran a los viñedos. En esa bodega nos tocó catar cinco Lanzerac Premium con chocolate blanco y oscuro con diversos porcentajes de cacao (desde 40 a 72%).


Pero quizás el pueblito más bonito de la zona sea Franschhoek, rodeado de montañas verdes y viñedos bautizado así en homenaje a los hugonotes franceses que se establecieron tempranamente junto con los colonos holandeses, los primeros extranjeros en pisar tierra sudafricana.


La inspiración africana y la impronta francesa quedó reflejada en su cocina. El Tasting Room at Le Quartier Français (de la gran chef Margot Janse, puesto 73 en la lista San Pellegrino) o el Reuben’s ofrecen una cocina refinada con productos africanos. 

En el menú se encuentra springbok (una variedad de antílope), carne de avestruz, ostras, camarones y pescados muy aromáticos y especiados. La oferta de vinos es increíble, con precios que van desde $20 dólares botella.





Antes de regresar a Ciudad del Cabo intente dar una vuelta por las granjas de avestruces de Oudtshoorn, donde varias fincas se dedican a la crianza de estas enormes aves que pueden alcanzar los 3 metros de altura y 150 kilos de peso. 
La mayoría de fincas tienen tiendas donde venden variados snacks hechos con carne de avestruz, hermosas artesanías elaboradas con huevos labrados y convertidas en lámparas y prendas de vestir (mocasines, cinturones, carteras) confeccionadas con la piel del avestruz y que según los expertos es el cuero más durable, incluso superior al de cocodrilo.