Seúl es una ciudad bullente
y ultra moderna. Hace 70 años era una aldea prácticamente semidestruida por las
guerras. Hoy es uno de los países más adelantados en tecnología y con una de las
infraestructuras más avanzadas del mundo. Basta ver el enorme aeropuerto en la
isla de Incheon y cruzar un puente de 18 kilómetros de longitud que lo une con
el continente para darse cuenta que estamos frente a uno de los tigres
asiáticos.
Sakyamuni Maitreya |
Corea del Sur un
país montañoso, con vegetación
exuberante y humedad alta, por eso los paisajes son realmente espectaculares. Además
de la belleza natural, los coreanos están orgullosos de sus parques
nacionales distribuidos en todo el territorio, de su comida, de su historia, de su música (la escuchan a todo volumen y todo el tiempo), de su cine y de todo lo que los rodea.
Museo Nacional. Mujeres preparando kimchi |
Templo Unmoonsa de monjas |
Comer
en la calle es un hábito cotidiano y los coreanos disfrutan verdaderamente de la comida. Una
cierta tendencia a la obesidad es evidente entre la población más joven lo que
quizás se deba a la creciente ‘occidentalización’ de los gustos.
Mercado Jagalchi Fish |
El Mercado de Daegu en Gyeongju está lleno de
historia. Se abrió en el siglo XVII como mercado herbolario dada la enorme
demanda de la medicina natural. Fue el centro de actividades durante el reino
de Silla lo que está registrado en el Museo de la medicina oriental. Cada
puesto está equipado con banquitos o sillas largas donde convergen los
parroquianos sin distinción de cargo u ocupación.
Mercado de Daegu |
Hay jóvenes con corbata que salen de la oficina, otros con piercing o tatuajes que alternan con señoras mayores, niños en edad escolar, ancianos jubilados. Todos comen en un mercado bullicioso pero extremadamente limpio. Qué comen? Una de las muchas variedades de kimchi, hecho con col o repollo macerado con vinagre y una pasta de ajíes picantes. Con kimchi acompañan un arroz blanco y apelmazado cocinado al vapor o fideos fritos y hervidos que son la base de la cocina corea.
De hecho uno de los platos más populares es el bibimbap (hasta en el avión lo sirven) consta de varios montoncitos de verduras salteadas o crudas (zanahoria, hongos, zucchini, brotes de soya, brócoli, espinaca, algas) encima se echa el arroz (“bibim” significa mezclar) se sazona con aceite de ajonjolí y pasta picante a gusto. Si quiere fideos pida un bibim guksu (ya sabe, “bibim” mezclar, “guksu” es fideos).
Bibimbap con kimchi y caldo |
También comen cerdo, pescados, mariscos y carnes. Lo condimentan con curry, soya, jengibre, aceite de ajonjolí, algas y mucho ají. Son muy amantes de las sopas, incluso en temporada de verano y de la parrilla coreana, llamada gogigui, que consta de una plancha donde uno va asando las carnes o las verduras previamente cortadas en láminas delgadas y pequeñas, como para un bocado.
Al sur, en la provincia de Busan, la segunda ciudad más grande de Corea del Sur, está el mercado Jagalchi Fish Market donde se congregan en perfecto orden y limpieza cientos de pescadores con los productos del día, sean pescados o mariscos. Los pescados y mariscos se mantienen vivos en una suerte de piscinas o cubos de vidrio donde chapalean a su antojo.
Hay pulpos, calamares, caracoles, ostras, choros y unos gusanos gordos rarísimos que nunca había visto en vida. También hay puestos de pescado seco salado de una variedad francamente envidiable. En la calle, una hilera de kioskos atendidos por diligentes señoras ofrecen comida recién hecha en la parrilla o en ollas hirvientes donde cocinan las carnes, verduras y condimentos adquiridos en el momento a la vecina de puesto.
Parque del Milenio |
Hay muchísimo por ver en este sorprendente país que me pareció uno de los más interesantes que he conocido hasta el momento. Por ejemplo, el emocionante Parque del Milenio ubicado en la provincia de Gyeongju donde dos enormes manos abiertas, una en tierra, la otra en el mar son una alegoría a la esperada unificación de las dos Coreas.
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