Es un huequito simpático que a medio día reboza de clientes, generalmente parroquianos del barrio o hueleguisos de a pie que van en busca de una cocina sencilla y sabrosa, con porciones generosas y recetas que están emparentadas con la memoria y el mercado.
El restaurante toma el nombre de la antigua Botica Maggiolo donde se ubica, un local sin duda centenario del que ha conservado el hermoso
piso ajedrezado y una barra de madera que antes fungía de mostrador para vender recetas y hoy sirve de barcito donde pedir los primeros aperitivos.
Es imposible no recordar el Superba y otros huariques de antaño, donde comida y bebida estaban tan emparentados que no es dable distinguirlos. Siguiendo ese mismo concepto, en La Botica se ofrecen sánguches y chilcanos amén de platos del día en un menú criollo,
casero, sabroso y popular, donde destacan las “mollejitas de mi
suegra” (S/. 17), caucau de mondongo, escabeche de bonito (S/. 18), pejerrey
arrebozado, papa rellena o tallarín verde con apanado. Buena sazón la del
cocinero Reinerio Hernández que no tiene más pergaminos que el de haber pasado
por varias cocinas de barrio. Porciones generosas servidas rápidamente en un
local de alta rotación y sin etiquetas atendido personalmente por sus dueños
Rómulo Vinces y César Bedoya.
La Botica: Petit Thouars 3910, San Isidro. T. 4218033. Atención: lunes a sábado de 11 am a 11 pm. Precio promedio: S/. 17 soles.
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