10.19.2012

VIAJAR, LEER, COMER

En Montevideo las librerías son más numerosas que las zapaterías. Las hay de dos pisos en hermosas casas centenarias refaccionadas, o pequeñitas tras la puerta de un garaje; en todas hay una cafetería o restaurante que acompaña la lectura o la visita, y sobre todo, un joven y acucioso librero que orienta al lector. Felizmente esa tradición libresca también la tenemos aquí, de la mano de la estirpe Sanseviero, uruguayos de origen, que lo demuestran en sus dos librerías: El Virrey y Sur.
Aunque la gastronomía uruguaya no ha disparado los fuegos artificiales de la peruana, es envidiable ver sus librerías con una amplia y variada sección de gastronomía con títulos que no se consiguen aquí. También tienen una interesante producción de revistas gastronómicas (que tampoco existen acá) y un público enterado e interesado en sus productos de bandera: la cepa tannat y últimamente los aceites de oliva con los que están logrando reconocimientos en el mundo.
Si bien el producto omnipresente en la dieta uruguaya es la carne de vacuno (con sus estrellas como el asado de cuero o el chivito) también impera una cocina mediterránea llevada por los primeros inmigrantes (españoles e italianos) con los que logra interesante fusión.
Uno de los restaurantes visitados fue Rara Avis del chef uruguayo Fernando Pereyra. Ubicado en el centro de la ciudad, el local forma parte del centenario Teatro Solís, bautizado así en homenaje al navegante descubridor del Río de la Plata y hoy Patrimonio Histórico del Uruguay. Este agradable restaurante combina una fachada neoclásica con una decoración ecléctica, en la que el mobiliario Luis XV convive con una cocina moderna, sencilla y bien trabajada apoyada en una sólida cava donde brilla Preludio de la bodega de la Familia Deicas, vino hecho con seis cepas y elegido como el tinto emblemático del local.
Pero una sorpresa más habría de alegrar este viaje gracias a la periodista gastronómica Marcela Baruch, anfitriona de lujo, que me hizo descubrir una pequeña chocolatería que trabaja con cacao de varias partes del mundo, entre ellos un peruano de la zona del VRAE de alta calidad.
Valga una digresión para señalar que el ecuatoriano Santiago Peralta de Pacari acaba de obtener ocho medallas de oro en la Final Mundial de los Internal Chocolate Awards realizado en Londres. Uno de los premiados es el chocolate trabajado con el cacao  Piura-Quemazón. Ojo con este producto que silenciosamente está ubicándose en el firmamento de las estrellas.




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