8.14.2008

SUSANA BALBO


La dama de los vinos argentinos

La gran enóloga argentina Susana Balbo estuvo de paso por Lima invitada por Química Suiza, la empresa que importa sus vinos en exclusiva. Susana es presidenta del Wines of Argentina, asociación que reúne a las principales bodegas productoras y exportadoras de vino de ese país. Es además propietaria de la bodega Dominio del Plata que tiene presencia importante en nuestro mercado con las etiquetas Críos, Anubis, Benmarco, Susana Balbo y Nosotros, el vino top de su bodega.
¿Tuviste que estudiar ingeniería antes que enología?
Yo quería estudiar ingeniería nuclear, pero no había en Mendoza y mis padres no querían mandarme sola a la Capital. Entonces estudié la carrera de Enología: cinco años en la Universidad Juan Agustín Massa donde me gradué con honores.
¿Era una profesión masculina, no?
No sé si masculina pero había pocas mujeres y era difícil abrirse campo. De hecho yo fui la primera enóloga en mi país. A las mujeres nos derivaban naturalmente al laboratorio, no a conducir la bodega.
Pero nos hemos vengado. Ahora hay muchas mujeres en el campo y son bien reconocidas…
Las mujeres tenemos muchas ventajas: podemos hacer varias cosas a la vez con el mismo nivel de atención y tenemos buena capacidad olfativa. Somos capaces de captar más de dos mil aromas; los hombres con entrenamiento solo llegan a mil.
¿Y cuando se nos desordenan las hormonas, qué hacer?
Yo jamás hago un corte de vino o tomo una decisión enológica cuando estoy alterada, triste o malhumorada. Busco estar centrada y equilibrada porque el vino es una suma de detalles, hay que cuidar todos los procesos y no dejar nada al azar.
Empezaste en la bodega de Michel Torino y ahora manejas tu propia marca. ¿Cómo fue el tránsito?
Fui creciendo y aprendiendo. Luego de veinte años de elaborar vinos para otras empresas mi esposo Pedro Marchevsky y yo creamos Dominio del Plata. El es enólogo y viticultor con mucha experiencia, trabajó 30 años para Catena modificando los viñedos para convertirlos en vinos top.
¿Cómo definirías tus vinos?
Balanceados, elegantes y complejos con muy buena relación calidad/precio.
¿Trabajas etiquetas en blanco?
Excepcionalmente. He hecho Divino Pecado para la fundación que tiene Ricardo Arjona para ayudar a los niños en Guatemala y haré un Malbec para los 130 años de la revista Caras y Caretas.
¿Cómo ves la vitinicultura en el Perú?
Creciendo. No sé si sabías que la vitinicultura mendocina se originó en el Perú, cuando Mendoza formaba parte de la Capitanía del Alto Perú. Y fue una mujer quien la inició en 1724 cuando doña Melchora Lemos empezó a fermentar las uvas en barricas que llegaban en barco desde el Perú. Ella puso una pulpería y vendió los primeros vinos artesanales de la zona.

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